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miércoles, 24 de junio de 2015

ASESINO 155: Santiago San José; biografía del asesino del Mesón del Lobo Feroz

NOMBRE: Santiago San José Pardo

PAÍS: España

FECHA DE NACIMIENTO: 25 de julio de 1956

FECHA DE FALLECIMIENTO: Actualmente vivo

APODOS: El asesino del Mesón del Lobo Feroz; El Legionario; El bigotudo

NÚMERO DE VÍCTIMAS: 2

CARGOS JUDICIALES: Tres delitos de homicidio, uno de ellos en grado de tentativa

CONDENA: 72 años de cárcel


Hoy volvemos a sumergirnos en la "España profunda", esa España que pensábamos que ya estaba enterrada, pero que lamentablemente aún hoy en día sigue viva en muchos rincones de nuestro maravilloso país.

La historia que os traemos, es una más de asesinatos a prostitutas, que desgraciadamente es algo muy común en lo que a la historia criminológica se refiere.

Nuestro personaje de hoy, dicen que actualmente está totalmente rehabilitado y hace una vida normal, llegando incluso hace un tiempo, a detener a un ladrón y ponerlo a disposición de la policía...

Bien, tendremos que creer que se ha rehabilitado, pero lo que hizo en su momento solo se puede calificar de un modo: atroz.

Comenzamos con la biografía de nuestro asesino número 155, MADE IN SPAIN...


Santiago San José Pardo nació en un caluroso día de julio del año 1956, y a punto estuvo de fallecer en el parto, al no llegarle suficiente oxígeno al cerebro.

Su padre totalmente obsesionado con que su hijo fuese una niña, se llevó una gran decepción, y ya desde bien pequeño lo maltrató y rechazó, siendo su hermano mayor el "ojo derecho" del progenitor en cuestión.

Con su madre tampoco iban bien las cosas, aunque no lo maltrataba tampoco lo quería como una madre debería querer a un hijo.

Con este panorama, mal pintaban las cosas para el pequeño Santi...

Los años fueron pasando, y ya siendo todo un hombretón intentó llevar una vida normal, y comenzó a buscar trabajo como cualquier hijo de vecino, logrando una labor de botones en un conocido hotel madrileño.

En su segundo trabajo tuvo más suerte aún, ya que se ganó el aprecio de los jefes, que lo ascendieron enviándolo a Asturias. Desempeñaba la labor de mozo en una tienda de reproducción de planos.

Es allí en Asturias, cuando conoce a la que sería su única pareja sentimental, una chica ovetense.

Cuando todo parecía marchar bien en la vida de nuestro protagonista de hoy, el servicio militar se interpuso en medio de su camino, y esto le partió su vida en dos. Tuvo que abandonar el trabajo, y abandonar a su novia, con la cual estaba muy ilusionado...

A su regreso, la empresa que tantas alegrías le había dado, entró en quiebra y tuvo que cerrar sus puertas, quedándose él en el paro...


Regresó a Madrid para vivir con su madre, y esto fue quizás el peor error de su vida...

Dados los enormes complejos que tenía con las mujeres, no logró encontrar a ninguna chica más con la cual juntarse, y esto le llevó a encerrarse en su mundo, y a comenzar a beber compulsivamente para olvidar sus problemas, en su mayor parte, de índole psicológico.

Sin embargo tuvo una idea para salir de esta vida que no le conducía a buen lugar, y para ello decidió alistarse en el ejército español, de ahí su apodo de "El Legionario". Casi 14 meses estuvo allí, aburriéndose finalmente del mismo, y volviendo a su antigua vida, junto a su madre.

Paralelamente a esto, comenzó a ejercer de bodeguero, algo que le llevaría a arrendar el restaurante madrileño sito en la calle Lucientes "El Mesón del Lobo Feroz", del cual a continuación tenéis una fotografía...


Una vez ya instalado en el susodicho mesón para intentar una vez más reconducir su complicada vida, la cosa no funcionaba en lo que a clientela se refiere, teniendo pérdidas económicas todos los meses.

Continuaba bebiendo como un cosaco, hasta el punto de beberse gran parte del producto alcohólico que él mismo vendía en su mesón, por lo que los daños a su salud y a su salud económica, eran enormes, hasta el punto de dejarlo en la más absoluta de las ruinas.

Su gran complejo con las mujeres, y su sentimiento de sentirse inferior a ellas, le llevó a tener que buscarse la vida para poder cubrir la necesidad sexual, y para ello comenzó a frecuentar a prostitutas callejeras de la Madrid de finales de los 80. También asistía a prostíbulos, donde tuvo sonoros problemas, al negarse pagar a las meretrices cuando no finalizaba la faena, dada su impotencia provocada por el alcohol y por sus complejos que no le dejaban tener erecciones.


Y llegó el día 22 de agosto de 1987, y como era de costumbre Santiago comenzó la mañana con varias copas de coñac directas a la sangre, para posteriormente volver a ingerir alcohol a media mañana, y una vez más hinchándose a vino con la comida. Tras el postre, como no, otra copita de coñac.

Esto contado anteriormente era lo que hacía cada día, pero en ese 22 de agosto, además bebió cubatas por la tarde, de forma compulsiva lo que hizo que su cabeza estuviera completamente desconectada del mundo, algo que le llevaría a cometer el mayor de los errores que puede cometer un ser humano: quitarle la vida a un semejante...

En aquel momento y por ironías de la vida, Santiago se había convertido en un "lobo feroz", en busca de su "caperucita" particular...


Puso rumbo a la calle de la Cruz, lugar donde habían prostitutas, y se acercó a la lumi española Mari Luz Varela, toxicómana, que cayó en las fauces del lobo, cuando este le hizo una suculenta oferta, supuestamente para mantener relaciones sexuales con ella.

La convenció para ir a su mesón, y ambos se dirigieron al lugar, que sería conocido posteriormente como "El Mesón de las Muertes".

Tras beberse un par de copas más, se acercó a la chica para comenzar el acto sexual, sin lograr una vez más, tener una erección, algo que le enfureció y le llevó a golpear con fuerza a la meretriz, la cual no se defendió pensando que su cliente tenía gustos por lo sado.

Por fin Santiago había logrado tener una erección, mientras seguía golpeando a Mari Luz, y su violencia era tal que decidió coger el cuchillo jamonero de su mesón, para asestar una barbaridad de puñaladas sobre el cuerpo de la joven, la cual obviamente se acabó desangrando y muriendo.

Fue tal el nivel de violencia ejercido por este asesino, que llegó a perder la consciencia, despertando horas después bañado completamente en sangre.

Marchó a casa, con la intención de volver al siguiente día para deshacerse del cuerpo de Mari Luz, provocando un hedor horrible, a cadáver putrefacto.

Al siguiente día, enterró el cadáver en el sótano del mesón, emparedando a la prostituta.

Nota de prensa de la época
Tiempo después volvió a repetir el procedimiento, con otra prostituta callejera de nombre Teresa, y siguió exactamente el mismo ritual que con su primera víctima, a la cual también acabó enterrando entre las paredes del sótano del mesón.

Sin embargo en su tercer intento, las cosas no le salieron bien, y es que la prostituta que respondía al nombre de Araceli, logró zafarse de la hoja del cuchillo jamonero con el cual habían muerto dos de sus compañeras, y se montó tal escándalo que la policía se personó en el local, logrando convencer Santiago a los mismos, de que la chica había entrado a robar en el mesón, y que él había sacado el cuchillo para defenderse...

Tras un tiempo meditando, Santiago decidió no volver a matar, y le devolvió el mesón a su original dueño, sin percatarse de la situación de que algún día serían descubiertos los cadáveres de las dos prostitutas asesinadas, cuando el dueño hiciera cualquier reforma en el local, como finalmente sucedió...

Fue un albañil el que descubrió atónito los cadáveres momificados dentro de las paredes del mesón, y él mismo denunció los hechos a la policía, como no podía ser de otro modo...


La policía acabó dando con Santiago, el cual confesó todos los crímenes por el cargo de conciencia que le desesperaba.

Fue juzgado y condenado a 72 años de cárcel, de los cuales solo cumplió 15, para variar...

Lo último que se sabe de él, es que trabajó como guardia de seguridad en Málaga, y como dijimos al principio del artículo, todo el mundo que le conoce dice que está completamente reinsertado en la sociedad, haciendo una vida completamente normal.

Este es pues, uno de los pocos casos en los cuales un asesino despiadado logra la denominada como "reinserción social", aunque nunca se podrá descartar como dicen los expertos, que algún día "el lobo feroz" vuelva a aullar con fuerza, esperemos que no por el bien de las meretrices.
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